jueves, 3 de septiembre de 2009

El fado




Foi por vontade de Deus que eu vivo nesta ansiedade. Que todos os ais são meus, Que é toda a minha saudade. Foi por vontade de Deus. Que estranha forma de vida tem este meu coração: vive de forma perdida; Quem lhe daria o condão? Que estranha forma de vida. Coração independente, coração que não comando: vive perdido entre a gente, teimosamente sangrando, coração independente. Eu não te acompanho mais: para, deixa de bater. Se não sabes aonde vais, porque teimas em correr, eu não te acompanho mais.

Normalmente me levanto con alma de copla, si señor, puedo cantar a Mari Fe de Triana mientras me preparo el café y luego pasarme a los Judas Priest mientras conduzco hacia el trabajo, sin el menor conflicto, me gusta cantar y "casi" toda la música, pero algunas tardes, al volver a casa, ya no salen de mi garganta ni los ojos verdes, ni la zarzamora, ni siquiera me salen maldiciones, llego con alma de fado. Entonces, si consigo que el fado no me corroa, la busco a ella, a Amalia y canto alguno de los suyos, primero con voz entrecortada, luego, a voz en grito (es imposible imitarla). El perro se acurruca a mi lado y duerme, ni siquiera se sorprende, está habituado a mis cambios de estilo. Amalia funciona como un interruptor de apagar penas de a diario y enceder penas más hondas. "Extraña forma de vida", sin dios al que responsabilizar de tristezas o nostalgias, pero esa última estrofa: si no sabes donde vas ¿por qué tienes que correr?, junto con una copita del valentín y el casi terminar el paquete de cigarrillos, me dejan bien preparada par volver a amanecer con alma de copla.

No hay comentarios: