martes, 7 de julio de 2009

Amauta Ñampi


Es el nombre de una escuela de Puyo, Cantón Arajuno, Provincia de Pastaza, Región Amazónica de Ecuador. Significa algo así como "camino de la ciencia y el saber".
Supe de ella por mi amigo Quique Cano, que se marchó para siempre sin despedirse de nadie, el fue quien me dio el teléfono de su directora Margarita López Andi y hasta Puyo que me fui para conocerla.
Margarita es una mujer fuerte, sabia y con la lengua muy larga, cosa que me encantó , hablaba sin reservas, sin tapujos, sin miedo. Crítica con la dirección machista del movimiento indígena, había pasado por varios escalones y los había abandonado todos. En esos momentos era la directora de la escuela bilingüe y también tenía intención de dejarlo, pasar a ser una simple maestra, harta de tantas trabas.
Nos habló de la escuela, mientras tomábamos la chicha que había preparado la madre de Carlos (un trabajador despedido de la petrolera que actúa en la zona) en una especie de taberna a las afueras de Puyo que también hace las veces de centro de reunión para las mujeres, hasta de taller de artesanía, allí trabajan el barro y la madera.
Amauta Ñampi es una escuela con las aulas en semicírculo, recogiendo las enseñanzas occidentales, decía burlona,haciéndole caso a esa norma nuestra que dice que es de mala educación el darse la espalda, nos habló de la intención de armonizar las culturas, de relacionar el conocimiento y la práctica, de la pelea contra la educación memorística.
Margarita había estudiado con las monjas y había sufrido mientras aprendía. Hija del Yachak Banku Pablo López, Yachakuna (curanderos, shamanes), heredera de la sabiduría de su padre que rompió la tradición de transmitirla al hijo varón, también entre risas, según ella , porque sus hermanos no eran muy de fiar, no ceja en su empeño de recuperar la medicina prehispánica y de darle incluso un contenido "científico", al modo occidental. Reconoce que se toman el trago del jarabe que saben que sirve para curar determinada cosa sin ninguna medida, cuanto más mejor. En su escuela se enseña, además de matemáticas, geografía, lengua y todo lo que es obligado enseñar, cosmología, mitología, símbolos... cultivan la tierra....


Se me quejó Margarita, dijo estar cansada de hablar y de enseñar su trabajo a los occidentales que pasaban por allí y de los que nunca más volvía a saber y me miraba muy dentro mientras me hablaba. Le prometí que tendría noticias mías y he cumplido mi promesa, continúo moviendo cuantos hilos puedo para conseguir hacer llegar a su escuela ese laboratorio que necesitan.
El proyecto se quedó encallado tras la muerte de Quique pero es posible que ahora haya alguien más que me ayude a sacarlo adelante, cruzo los dedos y sigo recordando.
Margarita tiene dificultades con la tecnología, aunque lo intenta, pero su hijo Paul no tiene ninguna y me escribe casi todas las semanas y me cuenta como combina sus estudios de Derecho con su grupo de música tradicional y me pide que vuelva con ellos a la selva una temporada para alimentarme de la fuerza de la pachamama. Esta noche he soñado con Margarita y la he vuelto a oír reír cuando a su pregunta de cómo me sentía le contesté que hacía un rato que veía lo mismo pero con colores más brillantes. Y ella me respondía que tenía que volver a pasearme por el orquidiario de Omar Tello.


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